La iglesia escondida de Sevilla que se ha convertido en objetivo de grupos ultras por una misa LGTBI
El Confidencial.- La iglesia de Santa María la Real, en el barrio de San Vicente de Sevilla, se ha convertido en objeto de polémica dos veces en apenas dos semanas. Este templo, poco conocido en la ciudad con más iglesias católicas de España, vio cómo el pasado 7 de noviembre decenas de jóvenes entonaron el Cara al sol y otras consignas franquistas. Unos días después, el 15 de noviembre, un joven interrumpió una celebración impulsada por el grupo de creyentes LGTBI Ichthys y acusó al sacerdote allí presente de «traidor a Cristo» por hacer posible dicho encuentro, que ya se había desarrollado en ocasiones anteriores.
El templo se sitúa en pleno centro de la capital andaluza y depende del convento de Santo Tomás de Aquino, gestionado por la comunidad de frailes dominicos de Sevilla. El pasado sábado, durante la homilía de la eucaristía organizada por el citado colectivo, un joven tomó la palabra para acusar a los presentes de ser «una panda de traidores» y de «acoger al pecado» al tiempo que «rechazan unas exequias a víctimas del terrorismo y del odio», en alusión a la suspensión de la misa convocada por Falange.
En su intervención, el joven aludió al Catecismo de la Iglesia Católica, que contempla «la práctica de la homosexualidad como un pecado». «Estáis desvirtuando el mensaje de Cristo en vendidos al diablo por 30 monedas», añadió en alusión a la traición de Judas Iscariote, e incluso confrontó con algunos de los presentes. Al sacerdote lo tachó de «irresponsable» por «intentar que perpetúen en su pecado y que no se conviertan».
En un vídeo publicado en redes, el joven que protagoniza el altercado se identifica como miembro de la organización Orate, que en sus redes se describe como «organización católica que defiende y promueve la identidad y tradición católica de España a través de la fe, la acción y el testimonio público». «Nos apena que ministros de Dios acojan al pecado», añade el protagonista del incidente de este sábado, y afea a los dominicos que permitieran la misa del colectivo LGTBI y no la eucaristía por «el alma de víctimas del terrorismo comunista que dieron su vida por Dios y por España (…) y para que ellos pudieran ser hoy curas y obispos».
Orate ha publicado en sus redes sendas cartas al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos por lo que consideran «un abuso litúrgico». En la misiva señalan al sacerdote por «transmitir de manera más o menos directa que Dios aprueba o tolera comportamientos objetivamente contrarios a la moral católica, como la práctica de la homosexualidad». La organización ha remitido también una carta al Vaticano para quejarse de la «negativa injustificada» a celebrar la misa en memoria por los caídos de Falange.
El colectivo Ichthys está activo desde hace «más de 20 años» y cuenta con el beneplácito de la Archidiócesis de Sevilla, indican. Desde hace «cuatro o cinco años» impulsan la celebración de misas «en tierra de acogida». «Se hacen abiertas para que pueda entrar todo el mundo«, explican desde la entidad, que abrió las puertas de estas celebraciones a personas «alejadas de la iglesia» o que no pueden participar normalmente en su comunidad.
El sacerdote que celebró la eucaristía es Francisco Javier Rodríguez Sánchez, miembro de la comunidad de dominicos de Sevilla, párroco de la iglesia de San Jacinto, en Triana, y director espiritual de la Hermandad de la Estrella. Según cuentan en Ichthys, este religioso colabora con ellos desde hace años con conocimiento de la comunidad dominica. «El arzobispo Juan José Asenjo se reunió con nosotros y entendió que el fondo era bueno», explican en la entidad en alusión al anterior jefe de la iglesia hispalense, sustituido en 2021 por José Ángel Saiz Meneses.
Este incidente se produce apenas una semana después de la convocatoria de Falange Española para una misa por los «caídos de la Falange de Sevilla» para el 7 de noviembre a las 20:00. Finalmente, la comunidad dominica de Santa María la Real no permitió la celebración de la eucaristía, por lo que el homenaje se trasladó a las puertas del edificio, con una concentración improvisada que reunió a decenas de personas con banderas blanquinegras del partido fundado por José Antonio Primo de Rivera.
En la concentración se entonó el citado himno falangista y se gritaron consignas como «arriba España» o «España, una, grande y libre». Según recogió El País, la Policía Nacional confirmó que no se produjo ningún incidente tras la fallida eucaristía, que partidos como Adelante Andalucía y formaciones memorialistas habían pedido suspender. El próximo jueves, 20 de noviembre, sí habrá una misa en recuerdo de Primo de Rivera en la iglesia del Santo Ángel de Sevilla, como viene ocurriendo desde hace años. Esas eucaristías siempre finalizan con un grupo de asistentes cantando el Cara al sol a las puertas del templo gestionado, en este caso, por una comunidad de frailes carmelitas.

