Portugal prohibirá por ley que los menores asistan a los toros

ABC.- Los toros vuelven a estar en el centro de la polémica en Portugal a causa de la nueva ley que prepara el Gobierno socialista para prohibir a los menores de edad tanto asistir como participar en las corridas (según la denominación española, pues al otro lado de la frontera se les llama «touradas»).

La normativa, que entrará en vigor a comienzos de 2021, tiene ya casi garantizada su aprobación, pues el gabinete del primer ministro, Antonio Costa, ha vinculado la medida al apoyo del Partido Animalista a su proyecto de Presupuestos Generales. Es decir, el PAN dará un giro en su abstención sobre este tema y pasará a votar que sí, en vista de que los socialistas aceptan su propuesta de limitación taurina. Por tanto, las dos formaciones sellan una alianza que beneficia a ambas.

Pero es que, además, el Bloco de Esquerda ha anunciado que ofrecerá su propia iniciativa en este sentido, contemplando los supuestos que a ellos se les ocurran con tal de frenar la expansión de la tauromaquia.

Y es que el Partido Socialista adopta de buena gana semejante estrategia, que deja al descubierto ideas con otro origen, pero que ellos comparten en su sede central del Largo do Rato lisboeta.

Acoso y derribo a la tauromaquia

El sector lo considera un paso más de cara al «acoso y derribo» al que los somete desde hace un par de años el PS, solo aliviado por el descenso del IVA al 13% (en primera instancia) y, finalmente, al 6%.,

Por lo demás, los taurinos se han quejado sucesivas veces por la «indiferencia» con la que, al parecer, los trata la ministra de Cultura, Graça Fonseca, quien muestra en cuanto puede su oposición a esta actividad tan arraigada en tierras lusitanas, donde los astados no mueren al término de las veladas en la plaza.

La nueva controversia se produce después de que las retransmisiones de este tipo de espectáculos regresaran el 11 de septiembre a la cadena pública RTP, una circunstancia que puso de manifiesto el calado de los toros entre la población de un país que ha visto florecer numerosas ganaderías alrededor de la franja del Alentejo, en las proximidades de Extremadura.

Es, precisamente, la cultura transfronteriza una de las que más amplifican las «touradas» y animan a la gente a seguirlas en directo, tal cual sucedió ese día en Almeirim. El resultado fue que la emisión se convirtió en líder de audiencia, una clara muestra de que se equivocan quienes proclaman que los toros están en declive.

Hace ahora dos años que el Parlamento debatió diversas propuestas para la prohibición frontal de las corridas, finalmente tumbada. Dos diputados independientes adscritos al gobernante Partido Socialista simbolizaron con sus palabras la tensión vivida en el hemiciclo: «Si diésemos nuestra conformidad a esta prohibición, sería algo así como aprobar la obligatoriedad de que los portugueses se convirtieran en vegetarianos por ley, pues cualquier alimentación de base animal se asocia a los malos tratos a los animales».

La sorpresa, una vez más, vino desde el frente comunista, dispuesto a preservar la tradición cultural de las comunidades locales y los puestos de trabajo ligados a la organización de las «touradas». En medio del rifirrafe político, emergió la ecuanimidad del CDS-PP: «A unos les gustan los toros y a otros no, pero no tenemos por qué prohibirlos».

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