Cruces gamadas, saludos hitlerianos… Los campos de exterminio nazis sufren una ofensiva negacionista

ABC.- Los memoriales instalados en estos enclaves detectan un aumento en los mensajes que glorifican al nazismo o que piden su reapertura

Cruces gamadas, selfies con saludos hitlerianos o inscripciones negacionistas en los libros de visita son unas de las tantas provocaciones que alarman cada vez más a los responsables de los sitios de memoria instalados en los antiguos los campos de exterminio nazis.

«Los incidentes en estos enclaves siempre han existido pero se nota un aumento», reconoce Volkhard Knigge, director del Memorial del campo de concentración de Bunchenwald.

«Los mensajes que glorifican al nazismo o que piden la reapertura de los campos para los extranjeros son cada vez más frecuentes», lamenta este historiador. Sin contar a los visitantes que posan para la fotografía de rigor ante los hornos crematorios o las pegatinas revisionistas.

Otro fenómeno reciente que han constatado es el número creciente seguidores de teorías revisionistas que perturban el curso normal de las visitas guiadas. Uwe Neumärker, director del Memorial de los Judíos asesinados en Europa erigido en Berlín, corrobora los hechos: «Nos hacen preguntas sobre la veracidad del genocidio. Este tipo de cosas no nos ocurrían hace algunos años».

Precisamente, este año se conmemora el 75º aniversario de la liberación de la mayoría de los campos de exterminio construidos por los nazis en Europa, donde unos 6 millones de judíos fueron asesinados. El de Bunchenwald tenía lugar el sábado pasado, pero la pandemia del coronavirus obligaba a cancelar las conmemoraciones y homenajear a las víctimas de forma virtual.

 «Monumento de la vergüenza»

Esta tendencia avanza a medida que las generaciones alemanas que vivieron la guerra van desapareciendoy se va aligerando el sentimiento de culpabilidad por los crímenes del Tercer Reich.

Paralelamente, en los últimos años ha crecido la importancia del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Este partido antiinmigrantes se ha impuesto con fuerza en el paisaje político alemán desde 2013 y varios de sus miembros han puesto en entredicho la cultura alemana del arrepentimiento por los horrores nazis.

Uno de los dirigentes, Björn Höcke, instó a un «giro de 180 grados» en la cultura de la memoria alemana. También tildó de «monumento de la vergüenza» al Memorial de los Judíos asesinados en Europa.

Otro dirigente, Alexander Gauland, exhortó a sus conciudadanos a sentirse orgullosos de los soldados del ejército alemán que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial.

«Es una estrategia asumida por la extrema derecha y la AfD: que quiere siempre superar los límites para que su pensamiento parezca normal», dice Bianca Klose, representante de la asociación berlinesa Consejo Ambulante Contra la Extrema Derecha (MBR). «Junto a estos destellos esporádicos, está esa presión permanente», explica.

Desde su llegada a casi todos los parlamentos regionales, varios diputados de la AfD tratan de influir en la programación históricocultural de los sitios de memoria.

Los memoriales se adaptan

En Alemania, 15 antiguos campos de concentración son utilizados como memoriales. En 2018, los más conocidos -Dachau, Neuengamme, Sachsenhausen, Bergen-Belsen, Flossenbürg, Ravensbrück y Buchenwald- recibieron más de 2,8 millones de visitantes. Frente a la ofensiva negacionista, los memoriales han tenido que adaptarse.

El director del Memorial de los Judíos asesinados en Europa, permite a los guías que acepten o rechacen acompañar a los grupos de visitantes de AfD. Los guías recibieron además una formación para enfrentar provocaciones. Al igual que el responsable del sitio de Buchenwald, Neumärker prohíbe el acceso a algunos miembros de AfD. En el campo de Neuengamme, los guías son reforzados cuando llegan delegaciones de la agrupación de extrema derecha.

Algunos memoriales han introducido una norma contra los extremistas que prohíbe el acceso de personas cuya ropa haga referencia al Tercer Reich.

Financiar cámaras de vídeovigilancia o agentes de seguridad absorbe muchos fondos que «serían más que útiles en la pedagogía», sobre todo hacia los «más jóvenes», dice Knigge. De hecho, lamenta que las horas de clases consagradas al nazismo se hayan «esfumado» en los últimos años. Y «es que los memoriales no pueden compensar lo que han dejado de hacer las escuelas», lamenta.

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